Imagina que estás trabajando en una mina bajo tierra, y de repente alguien con poderes sobrenaturales arroja toneladas de tierra en la entrada a la mina y te deja sepultado. Te deja tres meses en la oscuridad, aguantando hambre y calor; tú le ruegas y le clamas a la persona que tapó la entrada, y le pides llorando que habrá la entrada. Después de varios meses de tortura; la persona que tapó la entrada, por fin decide abrirla, y te deja salir. En vez de denunciar a la persona que te hizo ese mal; tú le agradeces de rodillas, lo alaba y le da gracias por haberte dejado salir. ¿No notas algo extraño?. Pero este no es el caso; miremos lo siguiente:
Resulta que estás en la misma mina; la cual es taponada por una persona con poderes sobrehumanos. Tú le ruegas y le clamas a esa persona que abra la mina y te deje salir; pero esta vez, la persona hace caso omiso a las súplicas y no abre la mina y te deja para que te mueras. Pero resulta que unas personas con el equipo adecuado, se apiadan de ti; usando perforadoras desarrolladas por el trabajo de hábiles ingenieros, cavan la tierra hasta llegar hasta donde está usted y te rescatan sano y salvo. Pero tú buscas a la personas que tapó la mina; te arrodillas ante él, lo alaba y le agradece por estar vivo y haber sido rescatado. ¿No notas algo más extraño en la actitud del rescatado?. Tenga en cuenta que la persona que tapa la mina o permite que la tierra obstruya la entrada, es un ser todopoderoso que conoce al pasado, el presente y el futuro, y para él no hay nada imposible; además su amor es infinito.
Volvamos al primer párrafo, donde el ser poderoso se apiado de ti, oyó tus suplicas y abrió la mina para que tú salieras. Ahora supongamos que los miembros de un grupo guerrillero te interceptan en la carretera, te secuestran y te internan en lo más profundo de la selva; te torturan durante más de diez años, aguantando hambre, frio y enfermedades. Luego de muchas marchas por tu liberación, y luego de la presión nacional e internacional; aquel grupo guerrillero accede a liberarte. ¿Tú te arrodillarías ante los guerrilleros y construiría altares en nombre de las farc, por haber hecho el gran milagro de liberarte? ¡En ningún memento! ¡Eso nadie lo ha hecho!; lo que si he visto muchas veces, es que las personas liberadas después de años de cautiverio en la selva; alaban, bendicen y le dan gracias a aquel hombre o ser todopoderoso, que teniendo poder infinito, no hizo algo para evitar su secuestro y posterior tortura, ¿recuerdan quien?, les doy una pista; nadie lo ha visto, ni se ha demostrado su existencia, pero puedo decirles que se trata del mismo personaje que disfruta cerrando la mina en mis primeros dos párrafos.
Ahora póngase en la situación de otro grupo de mineros, que en el año 2006, trabajaban en una mina llamada Pasta de Conchos en México. El mismo personaje todopoderoso, omnipotente y lleno de amor; arroja o permite que toneladas de tierra, sepulten a más de sesenta mineros que trabajaban para ganar el sustento diario de ellos y su familia. Esta vez no son torturados por varios meses antes de dejarlos salir; está vez muren sofocados y en agonía. Pero curiosamente; los familiares de los muertos, realizan celebraciones religiosas para honrar a sus familiares, y creen que aquel ser poderoso y amoroso, tiene a sus familiares a su lado, en un paraíso eterno; además creen que lo que sucedió en aquella mina en febrero del año 2006, fue la sabia voluntad de aquel ser, “dios sabe como hace sus cosas” es una frase típica de los que creen en la existencia de aquel ser. Sin embargo ¡piden justicia para los responsables humanos de la tragedia! ¡Qué ironía!
Dios perdona, dicen los creyentes; el hombre perdona algunas veces… pero la naturaleza nunca perdona. ¿Buen argumento?, ahora pretenden mostrar a dios y a la naturaleza existente, como cosas distintas; un dios amoroso que lo perdona todo, pero una naturaleza implacable que no perdona el daño que le hacen. En parte tienen razón: el hombre para desarrollarse y llegar al nivel de civilización actual, ha tenido que devorar recursos de un mundo que creían infinito e ilimitado; pero hoy sabemos el daño causado, y buscamos revertirlo, o evitar más daño. Pero los creyentes en algún dios, deberían preguntarse; según su creencia ¿Quién creó la naturaleza, y quien puso la plaga humana sobre ella siendo consciente del daño que dicha plaga causaría a su perfecta creación?, ¡yo no fui!. ¿Acaso dios no puede tener poder sobre su creación?, y de ser así ¿entonces como diablos pudo crear todo sólo con pronunciar la palabra “hágase”?.
Pongámonos en la posición de 33 mineros, que setecientos metros bajo tierra en la mina San José en un desierto chileno; claman a un ser invisible, que les permita salir. Si aceptamos que el desastre se debió exclusivamente a la culpa humana, y a la naturaleza que no perdona ¿Por qué agradecerle a un ser invisible, el hecho de que estén vivos; en vez de agradecerle a un azar de la naturaleza por el hecho de que la tierra no les haya caído encima a los mineros?. Y si el desastre fue por culpa humana ¿no será más razonable pedirle ayuda los humanos en vez de a un ser a quien nadie ha visto?. Todos los días vemos en los periódicos y noticieros; que son los seres humanos los que tratan de rescatar a sus congéneres, y no hay apoyo de ninguno de los dioses vigentes en la imaginación humana.
Ahora sólo falta que los creyentes, empezando por el mismísimo Sebastián Piñera, presidente de Chile (que dudo de que verdad sea creyente sincero); salgan con el cuento de que los rescatistas, son instrumentos de dios (leer mi entrada anterior sobre los médicos). De ser así, deberían preguntarse inmediatamente ¿Qué pasaría si el rescate del los mineros, sale terriblemente mal? ¿Entonces no sería culpa de dios sino del los rescatistas?; y si todo sale bien; fue porque dios obró por medio de los socorristas que trabajan día y noche; ¡que arrogancia! ¿No?, y luego acusan de arrogantes a los ateos.
Ahora vamos a suponer que no eres minero, y no te dedicas a sacarle los recursos a la madre naturaleza. Tú no vives en una zona de alto riesgo de avalancha, ni a la orilla de un río, ni en una peligrosa montaña; ¿Qué probabilidad tienes de morir sepultado bajo tierra?. Un día de paseo, después de haberle dado gracias a dios por haber amanecido con vida, terminas sofocado bajo toneladas de tierra.
Más de treinta personas desaparecen, y la zona es declarada campo santo. Dos personas sobreviven a la avalancha, y aquí pueden escuchar sus testimonios. Escuchen todo este audio:
Sin escucharon el testimonio de los dos sobrevivientes; notarán lo agradecidos que están con aquel ser invisible; si, el mismo que disfruta cerrando las minas en mis primeros dos párrafos de esta entrada, y el mismo que no hizo algo para evitar la muerte de más de treinta personas en este derrumbe. Los sobrevivientes agradecen a dios; pero, ¿Por qué los familiares de los muertos culpan a la policía, y a cualquier persona, menos al dios que debería saber todo desde antes de que ocurriera y no lo evito?; estoy seguro de que luego, hipócritamente, harán ceremonias religiosas donde dirán que dios se llevó a sus familiares ante su presencia, a gozar de un paraíso eterno. Los creyentes presentan dos milagros dudosos; y yo les presento treinta anti-milagros comprobados.
Lo que hace que esto aparente ser un supuesto milagro, es muy sencillo ¡los muertos no pueden ser entrevistados!, ellos ya no pueden dar testimonio de su tragedia, y no podrán agradecerle a dios cada día que amanezcan con vida. Paradójicamente, si aceptáramos que -no existir-, es mejor que existir (¿sabes cuanta gente NO EXISTE?), el milagro seria para las treinta personas que ya no existen, y no para las millones de personas que seguimos viviendo a esperas de la inevitable muerte.
Que contradictorio, que para que sucedan los milagros, primero tenga que ocurrir una tragedia como esta; y el beneficiario del milagro, haya tenido que estar justo en el lugar exacto, y en el momento de la tragedia, para poderle llamar a este hecho “milagro de dios”. El dios que no es responsable del derrumbe, pero hay que agradecerle porque no te quiso llevar al cielo. ¿No se supone que si te salvaste, fue porque dios no quiso llevarte, y tal vez sólo quería darte una lección?, a eso no se le podría llamar “milagro”.
Nota: Si ya dios se los llevó a su presencia, ¿¡el desgraciado dios no tiene la dignidad de entregar los cadáveres a sus familias para que reciban cristiana sepultura!?. Si alguien con fe, le pide a dios que entregue los cuerpos; no veo razón para que dios se niegue a hacerlo. Jesucristo, según la biblia dijo. “si tenéis fe como un granito de mostaza, podrías pedirle a una montaña que se mueva, y esta se moverá”, lo que no aclaró, es a quien le caería encima.
FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA BLASFEMIA.