En bachillerato, solo en clase de
religión daban como cierta la teoría creacionista de la vida, en la que dios de
la nada trajo hombre y mujer al mundo como imagen y semejanza de él mismo, unos
miles de años atrás y los condenó a pasar trabajos forzosos y padecer
sufrimientos por comer del fruto prohibido…
“el conocimiento”, mientras tanto en biología, historia, filosofía,
química y geografía nada de eso era de obligatorio aprendizaje, sin embargo, la
mayor parte de las veces las ciencias no ocuparon el lugar que debieron tener.
El conocimiento, fruto
prohibido
de la humanidad, el saber y descubrir dudas e inquietudes humanas,
siempre será censurado por cualquier religión que pretenda imponer sus
consideraciones, que sabemos vienen de la especulación y la imaginación
milenaria. Recordemos pues el caso típico de galileo Galilei, para tomar una
idea de lo que representa la religión en estas cosas, obstructora del desarrollo humano,
de los avances científicos, de la búsqueda de la verdad liberadora, que busca
solo la obnubilación enfermiza de las mentes menesteres de protección divina y
ausentes de fortaleza espiritual, consiguiendo objetivos que van desde
la alienación social hasta el usufructo bendito de la fe.
Los escépticos confesamos respeto
a las costumbres populares, a las expresiones de conexión a ciertos fenómenos y
acontecimientos sobrenaturales. Sin embargo, manifestamos una profunda
preocupación social y filosófica frente a las trabas e impedimentos que chocan
ante las
nuevas condiciones mundiales, que exigen de nosotros actitudes abiertas
y honestas hacia las problemáticas estructurales de la sociedad y del planeta.
Latinoamérica experimenta un
acelerado crecimiento de sectas religiosas derivadas del protestantismo, la de
mayor crecimiento es la Iglesia Pentecostal, tal vez la mas
radical de todas, practicante del único dios, que refleja un oscuro futuro si
de actitudes abiertas y honestas exigimos los ateos.
Planteamos sobre la base de las
pruebas científicas la evolución como un proceso, como un medio. Al contrario, la
religión (como la cristiano-católica) expresa un creacionismo irracional desde
la base de las creencias y la fe como un hecho, como un fin. Y es precisamente
ese fin, lo que convierte a las creencias, en posturas antisociales,
deshonestas o más bien antihumanas y anti-planetarias.
Sabido entre nosotros que la anti
humanidad se apodero por siglos de la sociedad, que desde el poder hegemonizó
toda conducta, todo pensamiento, toda disciplina. Capturo de manera trágica
pensamientos en avanzada y etiqueto toda una época. La edad Oscura. Retrocedió
en años valiosos a la ciencia, persiguió, decapitó y torturó a miles, como el
espanto del progreso. Desde la preocupación secular, tendemos a asimilar los
acontecimientos pasados con la continua orientación moderna de las creencias y
la fe, donde el individuo pierde desde todo punto de vista, su esencia humana y
colectiva, desde la autoexclusión de las formas de vida generales, hasta la
indiferencia total a los procesos sociales de la sociedad moderna y su
desarrollo científico.
Las consecuencias para el futuro
del planeta pueden estar sujetas a consideraciones mitológicas, al igual que
las soluciones a los problemas presentes que también pueden estar sujetos a las
especulaciones ausentes de evidencias y de toda explicación racional,
formalizando así un oscuro proyecto dedicado al ocultamiento de las condiciones
objetivas y un freno a la búsqueda de la verdad científica, tan necesaria a la
misma evolución y destino de la humanidad.
*la palabra Irracional es vista acá
desde un punto de vista sociológico y antropológico.
Mario Alejandro Lemus , Administrador Público. Ocaña , Colombia.
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